San Juan de Gaztelugatxe
Es una enorme roca
caprichosamente separada de los mareantes muros que aguantan los envites del
Cantábrico. Unida
a la costa fragilmente, invita a alcanzar su cima, donde se encuentra la ermita
de San Juan de Gaztelugatxe.
Uno de los relatos
que hablan sobre este lugar cuenta que San Juan Bautista, habiendo desembarcado
en el puerto de Bermeo llegó hasta la ermita dando tres pasos gigantescos. Las
huellas de estos tres pasos permanecen grabadas a lo largo del camino que une
Bermeo y San Juan de Gaztelugatxe. También se dice que si metes el pie en una
de estas huellas gozarás de una salud envidiable...
La
subida hasta la ermita es como un Via Crucis. Escalones largos y bajos se
intercalan con altos y cortos. Más de 200 hasta llegar a la huella de
San Juan Bautista.
Nada más comenzar la subida se puede bajar hasta las rocas
que besan la Mar. Olor a salitre, gritos de aves marinas.
La pendiente está
sembrada por cruces, peregiranción hasta la ermita de pescadores pidiendo
clemencia a la Mar al salir a pescar.
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